viernes, 18 de febrero de 2011

Reforma del Secundario en Córdoba: ¡Otra vez sopa!

No tengo nada contra la sopa, es más de otoño a finales de primavera acompaño todas mis comidas con un exquisito plato de sopa bien caliente regado de avena. Pero aprovecho el dicho popular para comentar lo que siento frente a la reforma del secundario en Córdoba.
Del mismo modo que la anterior reforma impuesta por Ramón Mestre (1993) para acompañar la Ley Federal de Educación a partir de 1995, los "cambios" no cambian nada de fondo, generan cansancio entre los profesores y pasa inadvertida por los alumnos.
Fruto de algunos técnicos "iluminados" la nueva estructura fue "bajada" a las escuelas los últimos días de diciembre, como regalo de navidad, cuando se tomaban los últimos exámenes. Esta vez se bajó todo absolutamente cerrado: materias, programas, metodología y hasta la bibliografía.
Hubo una "consulta" en una jornada de cuatro horas pero para debatir los principios generales de la ley y no la estructura real del cambio. Lo mismo trajo un buen dolor de cabeza al gobierno cuando los alumnos se levantaron tomando los colegios contra algunas barbaridades evidentes como la enseñanza religiosa en la escuela pública (que nos mete en el tunel del tiempo y retrotrae la educación a los tiempos anteriores a la ley Sarmiento de fines del Siglo XIX) y la ingerencia programada para las empresas disfrazada de experiencia laboral.
Lo cierto es que se pretende forzar la implementación de esta nueva estructura sin consultar a ningún docente y repitiendo los mismos errores mientras se desorienta un poco más a los alumnos y se pone a los profesores en la maquinaria enloquecida de salvar como sea sus horas de trabajo.
Hay muchas cosas que discutir pero por el espacio disponible me concentro en algunos botones de muestra:
  • ¡Como sardinas!: no se dice una palabra de las aulas reales con 40 o más pibes apilados en cubículos con poco aire y mala iluminación. Si quieres aplicar una metodología donde predomine la tutoría del trabajo del alumno y se puedan usar con provecho las netbook la reforma debe prohibir aulas con más de 25 alumnos. Este es un cambio real, lo demás es humo.
  • Con el argumento de estandarizar los planes y facilitar el traslado de una escuela a otra se presenta una estructura absolutamente rígida (no sólo en el nombre de las materias, lo que es lógico) sino en todo su contenido: ¡Flexibilidad cero!  Algo nunca visto. Y se cometen omisiones imperdonables, por ejemplo en Comunicación no quedan ni 3 horas de Metodología, ni Filosofía, ni Socio o Antropología ¿??
  • En el discurso de las autoridades las TIC resuenan de modo redundante. Se propone un modelo transversal que se concreta en nombrar "TIC" y "digital" como contenido de un gran número de materias, pero no se prevé ningún espacio integrador ¿Qué experiencia real con nuevos medios y redes digitales se puede hacer usando unos pocos minutos de cada hora cátedra salvo pequeños y poco significativos ejercicios?
  • Se dice buscar la concentración pero se mantiene la estructura absoluta de hora cátedra, 3 horitas aquí, otras 3 más allá. ¿Y los talleres? ¿y el trabajo por proyectos? Las horas institucionales debieran convertirse en cargos que soporten técnica y pedagógicamente estas tareas. De lo contrario cualquier actividad que salga de la rutina de las 3 horitas cae en el voluntarismo que es imposible sostener en el tiempo.
  • Bueno, por ahora paro aquí, cuando me cruce con mis compañeros de escuela seguro aparecerán muchas otras cosas que por ahora sólo tienen esta forma de expresarse.